Por fortuna, este año es diferente, lo que nos permitió subir con esquís puestos hasta la cima… y tener que foquear unos cuantos kilómetros de más por la carretera! Tras una esquiada fantabulosa desde la cima hasta las Foyas de Santa María, a uno se le ponen ganas de más y subimos al Pic de Burcq para redondear la faena.
Agradecimientos a Blanca, Enrique y Jorge por marcarme esa huella tan buena para que mi tobillo se resintiera lo mínimo posible… 😉